Relato de Clase por Negro Rossi (Taller de Canto Colectivo)


La siguiente clase volvimos a trabajar con la radiación, desde ese lugar que elegimos en el espacio del salón, con los ojos cerrados vamos en busca de nuestras manos, observamos el lugar que tienen, su espesor y desde adentro vamos atravesando todas sus capas. La energía circula hasta el extremo de los dedos y en esa dirección el campo energético de nuestros brazos emerge, se prolonga.
Esta es la segunda vez que ponemos en práctica este ejercicio en el taller, al igual que en la primera un cambio notable fue el de la temperatura del cuerpo, que sube y otro es (en este caso así fue) el movimiento de los brazos que parece estar conducido desde un lugar por fuera de nosotros y se sienten livianos elevándose hasta la altura de los hombros en una sensación de reposo y movimiento constante, es un estado que puede remitir a lo mas sensible de nosotros, inexpertos caminantes de los sitios olvidados, sin sostenes aparentes y sin  =múltiples muletillas permanentes=  enfrentamos un campo de libertad y reconocimiento que se propone dejarnos a la vista y también ser invisibles.